Pedro Páramo. Capítulo 21. Página 43.

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-Ya está pedida y muy de acuerdo. El padre cura quiere sesenta pesos por pasar por alto lo de las amonestaciones. Le dije que se le darían a su debido tiempo. Él dice que le hace falta componer el altar y que la mesa de su comedor está toda desconchinflada. Le prometí que le mandaríamos una mesa nueva. Dice que usted nunca va a misa. Le prometí que iría. Y desde que murió su abuela ya no le han dado los diezmos. Le dije que no se preocupara. Está conforme.

-¿No le pediste algo adelantado a la Dolores?

-No, patrón. No me atreví. Ésa es la verdad. Estaba tan contenta que no quise estropearle su entusiasmo.

-Eres un niño.

"¡Vaya! Yo un niño. Con 55 años encima. Él apenas comenzando a vivir y yo a pocos pasos de la muerte."

-No quise quebrarle su contento.

-A pesar de todo, eres un niño.

-Está bien, patrón.

-La semana venidera irás con el Aldrete. Y le dices que recorra el lienzo. Ha invadido tierras de la Media Luna.

-Él hizo bien sus mediciones. A mí me consta.

-Pues dile que se equivocó. Que estuvo mal calculado. Derrumba los lienzos si es preciso. -¿Y las leyes?

-¿Cuáles leyes, Fulgor? La ley de ahora en adelante la vamos a hacer nosotros. ¿Tienes trabajando en la Media Luna a algún atravesado?

-Sí, hay uno que otro.

-Pues mándalos en comisión con el Aldrete. Le levantas un acta acusándolo de "usufruto" o de lo que a ti se te ocurra. Y recuérdale que Lucas Páramo ya murió. Que conmigo hay que hacer nuevos tratos.

El cielo era todavía azul. Había pocas nubes El aire soplaba allá arriba, aunque aquí abajo se convertía en calor.

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