Pedro Páramo. Capítulo 62. Página 121.
El Tilcuate siguió viniendo:
-Ahora somos carrancistas.
-Está bien.
-Andamos con mi general Obregón.
-Está bien.
-Allá se ha hecho la paz. Andamos sueltos.
-Espera. No desarmes a tu gente. Esto no puede durar mucho.
-Se ha levantado en armas el padre Rentería. ¿Nos vamos con él, o contra él?
-Eso ni se discute. Ponte al lado del gobierno.
-Pero si somos irregulares. Nos consideran rebeldes.
-Entonces vete a descansar.
-¿Con el vuelo que llevo?
-Haz lo que quieras, entonces.
-Me iré a reforzar al padrecito. Me gusta cómo gritan. Además lleva uno ganada la salvación.
-Haz lo que quieras.